Contacto
Esperanza Restucci (Alemania)
Fundadora del proyecto
Cecilia Donoso
Miembro de la Corporación Kaspar Hauser (Chile)
Establo
Descripción del proyecto:
Sobre la Comunidad Terapéutica de Cuyuncaví (Chile):
El tipo de ayuda que buscamos no es sólo de tipo económico sino que también de participación social e intercambio cultural. Son prioritarias para esta comunidad las siguientes formas de colaboración:
Carreta
Donaciones voluntarias para el desarrollo de iniciativas que se quieren desarrollar en el futuro como la construcción de nuevas habitaciones para poder acoger a más pacientes, nuevas dependencias para actividades artísticas-terapéuticas y de una pequeña lechería entre otras.
Vacas
Intercambio de experiencias e ideas
Quisiéramos invitar a antropósofos europeos, como por ejemplo a granjeros biológico-dinámicos, a visitar la comunidad terapéutica con el propósito de aportar en el mejoramiento de la actividad agrícola que se realiza en el campo, incluyendo la elaboración de productos lácteos.
Nos interesa también compartir con médicos y terapeutas antropósofos europeos algunos casos de pacientes que no han podido ser tratados por la medicina alopática y que en cambio han sido exitosamente resueltos por la terapia antroposófica guiada por el señor Claudio Rauch conjuntamente con el grupo médico que trabaja con él, incluyendo casos de cáncer.
Comunidad Terapéutica de Cuyuncaví:
Esta Comunidad Terapéutica se inició el día 13 de octubre del año 1996 en una pequeña granja cerca del pueblo de Curacaví, ubicado a unos 50 kms de la ciudad de Santiago de Chile.
Esta iniciativa terapéutica surgió desde la profunda necesidad de ayuda que tenían algunos jóvenes, quienes no habían encontrado anteriormente en terapias tradicionales una vía real de sanción.
Estos jóvenes se acercaron al señor Claudio Rauch (iniciador del movimiento antroposófico en Chile) a pedirle su ayuda terapéutica, ya que reconocían en él una gran capacidad de comprender las enfermedades y conflictos anímicos a los que se ve enfrentado el hombre en nuestros tiempos. Él, en respuesta a este llamado, impulsó el desarrollo de esta Comunidad en conjunto con algunos colaboradores y se propuso que ésta se llevara a cabo en un campo.
Una de las razones por las que se quiso desarrollar esta actividad terapéutica en un campo fue para que los pacientes tuviesen la posibilidad concreta de abrirse diariamente a la naturaleza. Al estar en contacto con los minerales, las plantas, los animales y los demás hombres y al realizar las labores propias del campo como arar, sembrar, cosechar, cuidar de los animales, entre otras, ellos van ganando fuerzas, se van armonizando y esto les despierta el interés por querer volver a vincularse con los seres que los rodean. Así poco a poco van saliendo de la enajenación, que caracteriza a las enfermedades siquiátricas en general.
El trabajo en la tierra es un complemento fundamental a los diálogos que cada paciente mantiene regularmente con el terapeuta, en los que éste busca conocer la dinámica interior de su enfermedad, lo que le permite poco a poco aprender a manejarla. Los pacientes son tratados con medicamentos antroposóficos de los laboratorios Weleda, Wala, y Farmacia Tríodo (Chile)
En sus inicios esta Comunidad no contaba con un terreno donde comenzar a desarrollar la actividad terapéutica; lo único que se tenía era la voluntad de llevar esto a cabo. Debido a esto, antropósofos amigos pusieron a disposición una granja para poder desarrollar esta iniciativa, donde se trabajó durante siete años. En junio del año 1997 se recibieron donaciones de personas que querían que este impulso se pudiera realizar, con las que se compró una casa en el valle de Cuyuncaví para que los pacientes pudieran vivir en ella durante el período de sus tratamientos. A los pocos años se recibieron nuevas donaciones con las que se compraron 27 hectáreas de campo, en un terreno contiguo a la casa que se tenía.
Corporación Kaspar Hauser
Farmacia Tríodo:
Cultivo de plantas medicinales en la Comunidad Terapéutica
Una pequeña tienda de productos biológico dinámicos
A través de los años se han logrado ofrecer regularmente productos de estación y productos lácteos que son elaborados manualmente, y esto le ha permitido a la gente conocer mas de la agricultura biológico dinámica, la que es muy poco conocida en Chile. Hace unos años se construyó una pequeña tienda en el colegio Waldorf Giordano Bruno en Santiago, donde se venden regularmente estos productos.
Después de doce años de labor, muchos son los pacientes que se han integrado a esta Comunidad. Varios de ellos, luego de haber aprendido a conocer y a manejar su enfermedad, han podido reintegrarse a la sociedad en distintas actividades profesionales. Esta granja se ha ido construyendo a través de los años gracias a generosas donaciones y al enorme esfuerzo y entrega del terapeuta Claudio Rauch y de los colaboradores Cecilia Donoso y Rodrigo Cavieres, quienes viven en la granja cuidando de los pacientes y velando para que las labores del campo se puedan realizar diariamente.
Ideas que guían la terapia en esta Comunidad
Como seres humanos nacidos y educados en el materialismo, vivimos cada vez más bajo la experiencia sorda, dormida de que somos seres inmodificables. Somos desde esta concepción materialista tan solo un producto azaroso de las leyes naturales.
Perdemos de esta manera lo que le es más propio al espíritu: la capacidad de la transformación, lo que surge del ser activo y creativo que desde lo mas alto renueva y da forma al universo.
A pesar de cómo vivimos hoy en día, al acercarse el ser humano a la juventud, ve nacer en su alma el anhelo por la libertad. Reconocemos este impulso, este anhelo, como algo muy profundo, muy íntimo de nuestra alma. Pero a causa de nuestro ahogo en el materialismo, nuestra alma es ya incapaz de vivenciar lo que viene del espíritu. Ya solo reconoce como válido lo que le viene del cuerpo.
Esta situación de no poder anidar en nuestra alma lo que a su vez barruntamos como lo más íntimo de ella, nos llena de angustia y nos debilita día a día para la vida.
Desde esta situación nos proponemos la vida en una granja como la más alta terapia imaginable; pues podemos encontrar en la naturaleza desplegado diariamente la creación continua del todo universal.
Las personas que recibimos en nuestra comunidad, además de vivir la situación antes descrita, padecen en muchos casos graves enfermedades siquiátricas y/o adicciones de diversa índole.
Como pilar del proceso terapéutico nos proponemos la vida en una granja, puesto que el trabajo en ella, entre muchas otras cosas, nos lleva a volver a experimentar lo que es realmente un organismo, algo que en la ciudad es muy difícil vivenciar, como por ejemplo el transcurso del año marcado por sus cuatro estaciones.
Cuando trabajamos día a día en el campo nos vamos compenetrando del significado de cada una de estas estaciones; nuestro trabajo va a ir acompasado con los requerimientos de cada época del año. Tanto la tierra, como las plantas y los animales nos pedirán cosas muy distintas en primavera, otoño invierno o verano, y nosotros debemos aprender a compenetrarnos y abrirnos a la enorme sabiduría que vive en el transcurso del año.
Es así como en haciendo esto toda nuestra vida interior se enaltece y ennoblece, y nos lleva poco a poco a la experiencia de que la naturaleza, que antes era para nosotros un resultado azaroso de leyes naturales, es en verdad la majestuosa expresión de un espíritu viviente.
Seguidores
Proyecto Sofia
- Proyecto Sofia
- Cuyuncavi, Metropolitana, Chile